La Sexualidad
La Sexualidad es un grafema de amplio espectro, utilizado para describir todo lo relacionado con la vida sexual, identidad de género y cualidades de contacto sexual de las La personas. La sexualidad es una materia que estudia las características propias de una persona en términos de genero, establece parámetros y categorismo a las especie en “Hembras y Machos”, “Femenino y Masculino” o simplemente “Hombre y Mujer“. La comprensión de los diferentes puntos relacionados con el sexo en pareja y los problemas alrededor de esto son altamente incursionados por especialistas en la matrería, a fin de encontrar soluciones para mantener una vida sexual estable.
La sexualidad como campo de investigación psicológica comprende muchos campos, las principales fuentes de investigación recaen en los problemas de “Comunicación sexual” en los que las parejas presentan diferencias a la hora de relacionarse sexualmente. La sexualidad es parte de la vida social; considerada como un taboo social en la antigüedad, era un área de las ciencias sociales hermética, que se limitaba a la clasificación de especies, la sexualidad era comprendida como parte del instinto entre ambas partes, si bien es cierto que son pocas las especies que lo hacen por placer, pero esta claro que el tema requiere de mas comprensibilidad dada las circunstancias actuales. La nueva sociedad ha superado grandes tabúes relativos a la manera en la que se comportan los seres humanos, también se ha dado libertad al pensamiento y a las posibilidades de abrir nuevos horizontes a culturas antes prohibidas.
El sexo es ahora una compleja doctrina sin control, visto desde del punto de vista ético y moral, el sexo representa un punto ecuánime en la ecuación de la vida.
A partir de la sexualidad, surgen otros conceptos que complementan la definición en cuestión. Las preferencias entre los seres humanos para desarrollar relaciones sexuales son hoy en día un tema libre pero controversial. A estas alturas aun existe en la sociedad gente cohibida ante la idea de la heterosexualidad y homosexualidad. La primera es por naturaleza, por religión y costumbre la “Correcta” es lo establecido en todas las sociedades que una mujer quiera contraer relaciones con un hombre, pero la segunda se opone categóricamente a esta moción, haciendo que personas del mismo sexo sostengan relaciones. Esta es una conducta que va en contra de los principios naturales de una sociedad cuyos valores éticos son los establecidos cuando la sociedad estaba llena de tabúes.
Religión y sexualidad
La relación entre religión y sexualidad implica una moral sexual, entendida no tanto como parte de la moral general o común a todos, sino como la parte de la moral religiosa que implica restricciones u obligaciones al comportamiento sexual humano. Varía enormemente en el tiempo entre unas y otras épocas, así como entre distintas civilizaciones o Las normas sociales, los estándares de conducta de las sociedades en cuanto a la sexualidad, suelen ligarse a creencias religiosas de una u otra religión.
De acuerdo con esto, la mayor parte de las religiones han visto la necesidad de dirigir la cuestión de un papel "propio" de la sexualidad en las interacciones humanas. Diferentes religiones tienen diferentes códigos de moral sexual, que regulan la actividad sexual o asignan valores normativos a ciertas acciones o pensamientos cargados de contenido sexual.
El amor y la sexualidad humana
El hombre está llamado al amor y al don de sí en su unidad corpóreo-espiritual. Feminidad y masculinidad son dones complementarios, en cuya virtud la sexualidad humana es parte integrante de la concreta capacidad de amar que Dios ha inscrito en el hombre y en la mujer. « La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano ».15 Esta capacidad de amar como don de sí tiene, por tanto, su « encarnación » en el carácter esponsal del cuerpo, en el cual está inscrita la masculinidad y la feminidad de la persona. « El cuerpo humano, con su sexo, y con su masculinidad y feminidad visto en el misterio mismo de la creación, es no sólo fuente de fecundidad y de procreación, como en todo el orden natural, sino que incluye desde el « principio » el atributo « esponsalicio », es decir, la capacidad de expresar el amor: ese amor precisamente en el que el hombre-persona se convierte en don y —mediante este don— realiza el sentido mismo de su ser y existir ».16 Toda forma de amor tiene siempre esta connotación masculino-femenina.
La sexualidad humana es un Bien: parte del don que Dios vio que « era muy bueno » cuando creó la persona humana a su imagen y semejanza, y « hombre y mujer los creó » (Gn 1, 27). En cuanto modalidad de relacionarse y abrirse a los otros, la sexualidad tiene como fin intrínseco el amor, más precisamente el amor como donación y acogida, como dar y recibir. La relación entre un hombre y una mujer es esencialmente una relación de amor: « La sexualidad orientada, elevada e integrada por el amor adquiere verdadera calidad humana ».17 Cuando dicho amor se actúa en el matrimonio, el don de sí expresa, a través del cuerpo, la complementariedad y la totalidad del don; el amor conyugal llega a ser, entonces, una fuerza que enriquece y hace crecer a las personas y, al mismo tiempo, contribuye a alimentar la civilización del amor; cuando por el contrario falta el sentido y el significado del don en la sexualidad, se introduce « una civilización de las "cosas" y no de las "personas"; una civilización en la que las personas se usan como si fueran cosas. En el contexto de la civilización del placer la mujer puede llegar a ser un objeto para el hombre, los hijos un obstáculo para los padres »
En el centro de la conciencia cristiana de los padres y de los hijos, debe estar presente esta verdad y este hecho fundamental: el don de Dios. Se trata del don que Dios nos ha hecho llamándonos a la vida y a existir como hombre o mujer en una existencia irrepetible, cargada de inagotables posibilidades de desarrollo espiritual y moral: « la vida humana es un don recibido para ser a su vez dado ».19 « El don revela, por decirlo así, una característica especial de la existencia personal, más aun, de la misma esencia de la persona. Cuando Yahvé Dios dice que "no es bueno que el hombre esté solo" (Gn 2, 18), afirma que el hombre por sí "solo" no realiza totalmente esta esencia. Solamente la realiza existiendo "con alguno", y más profunda y completamente, existiendo "para alguno" ».20 En la apertura al otro y en el don de sí se realiza el amor conyugal en la forma de donación total propia de este estado. Y es siempre en el don de sí, sostenido por una gracia especial, donde adquiere significado la vocación a la vida consagrada, « manera eminente de dedicarse más fácilmente a Dios solo con corazón indiviso »21 para servirlo más plenamente en la Iglesia. En toda condición y estado de vida, de todos modos, este don se hace todavía más maravilloso por la gracia redentora, por la cual llegamos a ser « partícipes de la naturaleza divina » (2 Pe 1, 4) y somos llamados a vivir juntos la comunión sobrenatural de caridad con Dios y con los hermanos. Los padres cristianos, también en las situaciones más delicadas, no deben olvidar que, como fundamento de toda la historia personal y doméstica, está el don de Dios.
En cuanto espíritu encarnado, es decir, alma que se expresa en el cuerpo informado por un espíritu inmortal, el hombre está llamado al amor en esta su totalidad unificada. El amor abarca también el cuerpo humano y el cuerpo se hace partícipe del amor espiritual ».22 A la luz de la Revelación cristiana se lee el significado interpersonal de la misma sexualidad: « La sexualidad caracteriza al hombre y a la mujer no sólo en el plano físico, sino también en el psicológico y espiritual con su huella consiguiente en todas sus manifestaciones. Esta diversidad, unida a la complementariedad de los dos sexos, responde cumplidamente al diseño de Dios según la vocación a la cual cada uno ha sido llamado.
Qué es la religión?
La religión es el resultado del esfuerzo del ser humano por contactar con el "el más allá". La experiencia religiosa proporciona explicaciones globales e interpretaciones acerca del mundo. Las religiones tradicionales se basan en un intensa ceremonia de intercambio de los vivos con sus ancestros y a su vez con el mundo espiritual que les rodea.
La gran mayoría de religiones creen que el mundo y la humanidad fueron creados por una fuerza o ser superior. En las religiones monoteístas (religiones que creen en un solo ente creador), dios está considerado por unanimidad como el padre, consejero y preservador del mundo. Dentro de las politeístas (religiones que creen en más de una deidad), hay habitualmente un dios responsable de la creación. Las interpretaciones simbólicas y literarias que se le pueden dar a las historias acerca de la creación han sido motivo de disputa entre los seguidores religiosos. Sin embargo todos rechazan la idea de que el origen de la vida fue una "mera coincidencia".
La experiencia básica y fundamental de todas las religiones es la "transcendencia" del mundo material al espiritual. El concepto de un mundo en el "más allá" es percibir en unas bases personales y con relación a un dios/es. La existencia del mundo y del ser humano se plantea como parte de un plan con un propósito.
Sentimiento religioso y culto
El sentimiento religioso es conflictivo: un ser divino crea y controla el mundo, por lo tanto el individuo gana una sensación de confort a través de la veneración. Sin embargo, los devotos también se sienten "atemorizados" por este ser omnipotente y posiblemente omnisciente. La idea del ser todopoderoso, ejercer una presión Orwelliana sobre los devotos, ejerciendo de esta forma un súper control que de otra forma sería imposible conseguir. Los sacrificios, oraciones y festivales de culto sirven para que la gente se sienta más cercana de este poder divino y sentirse más protegidos y guiados. En muchas religiones, dios o divino poder, es considerado la principal guía para la conducta ética. Por lo tanto los sagrados mandamientos y prohibiciones van dirigidos a cada uno de los individuos de la Tierra.
Comunidad de creyentes
Un aspecto importante en todas las religiones es la práctica en común de la religión. Por supuesto que existen modos privados para rezar, pero la práctica suele ser en conjunto.
Por lo general las ceremonias de culto conllevan canciones, oraciones, danzas y rituales que garantiza la solidaridad entre los creyentes así como también la sensación del individuo de pertenecer a un grupo. Una gran parte de las comunidades de la antigüedad nacieron gracias al nexo que se creaba en torno al culto o veneración a las mismas deidades.
www.vatican.va/román.../rc_pc_family_doc_08121995_human-sexuality_sp.htm
Concepto de religión
A partir de este sentimiento e ideas compartidas sobre el origen sobrenatural y el reconocimiento del mundo como creación divina, las religiones se organizaron y establecieron normas a cumplir por los fieles para agradar a la divinidad, y generalmente obtener un sistema de recompensas y castigos, en la vida terrena (en la Edad Media, por ejemplo, las enfermedades y epidemias eran consideradas castigos de Dios) o ultra terrena, como el paraíso o el infierno.
Ya a fines del período paleolítico el hombre comenzó a manifestar ideas y prácticas religiosas, ya que de esa época datan las estatuillas y grabados encontrados, representativos de divinidades. Estos dioses comenzaron a adorarse con fines prácticos, ya que a ellos acudían para solicitarles ayuda, para obtener una caza abundante, o éxitos en las cosechas.
Otro tema importante y preocupante para el hombre de todas las épocas fue el de la muerte, y la íntima y necesaria convicción de que la vida para tener sentido no debía acabar con ella. Para ello, se construyeron tumbas, se realizaron ofrendas a los muertos y llegaron los egipcios a elaborar una compleja técnica de momificación de cadáveres, ya que consideraban necesaria la conservación del cuerpo para cobijar al alma inmortal.
Las primitivas religiones estuvieron íntimamente asociadas a la magia, y tomaron como objeto de adoración a los fenómenos naturales, como el sol, la luna, los truenos, los mares, cuya explicación veraz no hallaban.
La religión fue utilizada ya desde tiempos primitivos como factor de dominio político y social, ya que aprovechando del politeísmo, característica de todos los pueblos de la antigüedad, salvo los hebreos, los propios reyes fueron considerados dioses, como los faraones egipcios, quienes con esa investidura, podían ejercer su poder con total arbitrariedad.
La adopción del cristianismo a fines de la Edad Antigua en el Imperio romano, extendió esta religión por casi toda Europa, siendo la Iglesia cristiana un gran factor de poder durante la Edad Media. El Rey dejó de ser considerado un Dios, ya que Dios era único, pero no renunció a su poder absoluto, y justificándolo también en la religión, sostenía que Dios se lo había atribuido. El cristianismo, desde allí, se expandió al continente americano cuando se produjo la conquista europea en el siglo XV.
La mayoría de los pueblos modernos son monoteístas (creencia en un Dios único), siendo las tres grandes religiones de este carácter, el judaísmo, el islamismo y el cristianismo
https://www.youtube.com/watch?v=BEagwT0lpho
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